ElMasacre.com/Por:Reynaldo H.Rosa-Martín David Martínez, técnico electricista, después de nueve años entre cables, transformadores, fuetazos y descargas, jamás sospechó que siete mil doscientos voltios le mutilarían parte de su anatomía: su brazo izquierdo y pierna derecha.
Con apenas 23 años, aún con mirada infantil y gestos propios de su edad, narra que cuando hizo contacto con una línea viva, en su cuerpo sintió como un incendio interno pero no perdió el conocimiento.
Recuerda que se mantuvo todo el tiempo atento a sus graves quemaduras no obstante, los gritos de los compañeros y amigos que me socorrieron.
Hoy, con la falta de sus miembros no se ha amilanado y pese a que volvió a reintegrarse al trabajo, ahora como supervisor, dado que el brazo y la pierna que le fueron amputada le impiden hacer todo lo que hacían antes.
Martín David, casado pero sin hijos, explica con dejo de tristeza, en momentos que dos hilos de lágrimas bajan por su mejillas, cuando los médicos le comunicaron la infausta noticia : te tenemos que amputar una pierna y un brazo.
Recuerda que en esos momentos sólo pensaba en la muerte, empero sus amigos y familiares le dieron fuerza para continuar adelante, y hoy con ayuda, sigue insertado en lo que sabe hacer : ¨¨joder con cables eléctricos.
David oriundo de Vicente Noble, en el sur del país, llegó al municipio de Hostos como contratista para instalar el alumbrado y cableado del puente que sobre el río Yuna en ese entonces se inauguraría, quedando atrapado por una trigueña de la sección Acicate a pocos metros de la obra vial.
Hoy rodeado de vecinos y amigos, David no pierde el sentido del humor que le caracteriza, pese a que reconoce de sus limitaciones, sin embargo, todas las tardes la galería de su hogar se llena de niños y jóvenes con los cuales bromea desde antes del accidente.
En lo inmediato Martín David lo único que necesita es una pierna artificial para poder movilizarse por sí y retomar los estudios, ya que anhela ser ingeniero civil. Cursa actualmente el octavo grado.
Se recuerda el accidente del también técnico de EDENORTE, Ramón Antonio Cordero, el cual recibió una descarga de más siete mil voltios en momentos que reparaba una avería en un sector de Río San Juan, en Nagua.
Con apenas 23 años, aún con mirada infantil y gestos propios de su edad, narra que cuando hizo contacto con una línea viva, en su cuerpo sintió como un incendio interno pero no perdió el conocimiento.
Recuerda que se mantuvo todo el tiempo atento a sus graves quemaduras no obstante, los gritos de los compañeros y amigos que me socorrieron.
Hoy, con la falta de sus miembros no se ha amilanado y pese a que volvió a reintegrarse al trabajo, ahora como supervisor, dado que el brazo y la pierna que le fueron amputada le impiden hacer todo lo que hacían antes.
Martín David, casado pero sin hijos, explica con dejo de tristeza, en momentos que dos hilos de lágrimas bajan por su mejillas, cuando los médicos le comunicaron la infausta noticia : te tenemos que amputar una pierna y un brazo.
Recuerda que en esos momentos sólo pensaba en la muerte, empero sus amigos y familiares le dieron fuerza para continuar adelante, y hoy con ayuda, sigue insertado en lo que sabe hacer : ¨¨joder con cables eléctricos.
David oriundo de Vicente Noble, en el sur del país, llegó al municipio de Hostos como contratista para instalar el alumbrado y cableado del puente que sobre el río Yuna en ese entonces se inauguraría, quedando atrapado por una trigueña de la sección Acicate a pocos metros de la obra vial.
Hoy rodeado de vecinos y amigos, David no pierde el sentido del humor que le caracteriza, pese a que reconoce de sus limitaciones, sin embargo, todas las tardes la galería de su hogar se llena de niños y jóvenes con los cuales bromea desde antes del accidente.
En lo inmediato Martín David lo único que necesita es una pierna artificial para poder movilizarse por sí y retomar los estudios, ya que anhela ser ingeniero civil. Cursa actualmente el octavo grado.
Se recuerda el accidente del también técnico de EDENORTE, Ramón Antonio Cordero, el cual recibió una descarga de más siete mil voltios en momentos que reparaba una avería en un sector de Río San Juan, en Nagua.
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