domingo, 24 de agosto de 2008

Madonna resucita... Otra vez más


CARDIFF (GALES).- Pues sí. En el concierto de Madonna apareció Britney. Fue un cameo fugaz y en pantalla gigante. Desquiciada, encapuchada y encerrada en un ascensor. Habrá quien vea en ello un guiño condescendiente de la maestra a la discípula en el arrollo. O bien un signo socarrón y maledicente de autoafirmación.Seguramente hubo algo de las dos cosas. Es lo bueno de Madonna. Que no hace falta elegir. La diva es absorbente y omnicomprensiva y su show, un collage de iconos e ideas irreconciliables, unidos sólo por el hilo invisible de su descenso blasfemo hacia la inmortalidad.Madonna inició el sábado su gira mundial en Cardiff, 'Sticky & Sweet Tour'. Llegó, vio y convenció. Y no sólo por los meneos a su pelvis de cincuentona sino por su flirteo –irónico, sincero o mediopensionista- con el sadomaso, el ecologismo o la religión.

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