lunes, 8 de diciembre de 2008

Escuchando al cielo.

En la Primera Guerra Mundial y durante el comienzo de la Segunda, antes de que la tecnología permitiera el desarrollo y uso del radar, los ejércitos en liza se las tuvieron que ingeniar para adelantarse a los ataques de la aviación enemiga con instrumentos que, hoy en día, llegan a resultar ingenuos.El ejército británico desplegó a lo largo de la costa lo que denominaron Espejos acústicos.
Fabricados en hormigón, de forma semiesférica o parabólica y emplazados con diferentes ángulos de inclinación hacia el cielo, recogían mediante un micrófono el ruido que los aviones generaban y era transmitido a un puesto de vigilancia encargado de dar la alarma.

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