miércoles, 29 de abril de 2009

Afrodisiacos: caracoles


Los romanos supieron combinar sabiamente la gastronomía con las artes amatorias. Y para ellos recurrieron a los frutos del mar como las ostras y los caracoles marinos. Ellos solían consumirlos con vino.

Lo mejor es comer los caracoles cuando son pequeños, ya que cuando llegan a la edad adulta pierden sus efectos.


Para acentuar las propiedades afrodisiacas de los caracoles conviene cocinarlos con cebolla, ajo y perejil, freírlos en aceite de oliva y cocinarlos nuevamente con vino tinto fuerte.

En Honduras, la sopa de caracol marino es muy famosa, incluye además del caracol marino, leche de coco, cilantro fresco, yuca y pimienta, una mezcla exótica y poderosa para levantar el cuerpo y el espíritu de los alicaídos.

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