Sube a 48 cifra de muertos por diversas causas en el feriado de Semana Santa

Santo Domingo, 12 abr (PL) Las estadísticas de muertes en República Dominicana dieron un dramático salto de la noche del sábado a las primeras horas de hoy: 22 víctimas fatales en es lapso. Las pérdidas humanas superan con creces las ocurridas en la Semana Santa de 2008, cuando dos decenas de personas perdieron la vida en accidentes y situaciones provocadas durante el largo feriado litúrgico.
Hasta el mediodía de este Domingo de Gloria 48 personas han muerto en accidentes carreteros, ahogados, o por intoxicación alcohólica, incluido un menor, o con alimentos.El recuento fue facilitado hoy por el jefe del Comité de Operaciones de Emergencia, general Juan Méndez, quien certificó que la mayor parte, 32, perecieron en accidentes de tránsito.Las autoridades dominicanas movilizaron este año 39 mil soldados y oficiales y voluntarios y una cantidad sustantiva de medios para disminuir el trágico saldo, pero el esfuerzo resultó infructuoso.Para la noche del viernes el récord de muertes del año pasado, 20, estaba superado por seis y, en el parte de este mediodía, por 28, un salto de progresión casi geométrica.Además, 280 personas han sufrido lesiones de diverso pronóstico, algunas de ellas muy graves, con riesgo para sus existencias, acorde con información recopilada en los hospitales.La mayor porción de los occisos viajaban en motocicletas, precisó el alto oficial, quien asimismo dio cuenta de la detención de un crecido número de vehículos cuyos conductores carecían de documentos.La interrogante ahora es cuántas personas se sumarán a la trágica relación de víctimas del largo asueto de la Semana Mayor, en cuyas vísperas el clero e instancias oficiales llamaron a ejercer la prudencia.De su lado, el secretario de Interior, Franklin Almeida, desestimó críticas de las jerarquías de las iglesias cristianas por la extensión del horario de expendio de bebidas alcohólicas. El titular señaló que la medida se adoptó para facilitar el esparcimiento de creyentes y ateos, que aprovechan el largo asueto litúrgico para descansar en playas y otras locaciones.