jueves, 7 de mayo de 2009

Alto a la mutilación genital

Jenny Carolina González C
Bogotá/Corresponsal EDLP — Las comunidades Emberas del departamento de Risaralda suspendieron la práctica ancestral de la ablación, mutilación genital femenina, mientras llevan una discusión interna sobre la necesidad de seguirla practicando.
El proceso de discusión lo inició hace dos años la Personería Municipal de Pueblo Rico, Risaralda, tras la muerte de un menor a quien se le hizo la ablación, desde entonces el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, el Consejo Regional Indígena de Risaralda, CRIR y los cabildos indígenas impulsaron el proyecto Embera Wera, (mujer embera), donde se abrió un espacio de reflexión sobre el tema y sobre los derechos de género.
“La ablación es considerada una vulneración de los derechos humanos de las mujeres, y en particular, del principio del interés superior de las niñas; adicionalmente, es una práctica que puede poner en riesgo el derecho fundamental a la vida.”, señaló un comunicado de UNFPA.
Esta tradición, que causa fuertes dolores, hemorragias, retención de orina y lesiones en los tejidos, entre otras patologías, forma parte de un ritual de iniciación femenina, que busca garantizar el rol de la mujer en la sociedad como madre y esposa.
Solany Zapata, del Consejo de Autoridades Indígenas de Risaralda, explicó que la ablación se va a sustituir con el suministro a las menores de edad de plantas medicinales. “Ha sido un proceso difícil porque eso viene desde nuestros ancestros, hay unas mujeres que niegan que se hace”, explicó.
Para Dora Tabera, de la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, lo más importante es que “las mujeres se puedan hacer incidencia interna para lograr transformaciones internas para su beneficio”.

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