viernes, 1 de mayo de 2009

Estudio revela impacto de las leyes migratoria de 1996 en los dominicanos


Nueva York, (EFE).- Desde 1996, cuando se recrudecieron las leyes de inmigración, han sido deportados 36.000 dominicanos, aunque cifras no oficiales la elevan a 56.000, lo que ha causado una grave crisis en esta comunidad, según un estudio difundido hoy.

El informe "Deportado, dominicano y humano", solicitado por la Coalición del Alto Manhattan para los Derechos de los Inmigrantes a la Escuela de Derechos de la Universidad de Nueva York, fue presentado hoy, previo a conmemorarse el 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, cuando miles de inmigrantes pedirán al presidente Barack Obama una reforma migratoria.

Cerca de 1.6 millones de dominicanos viven en EE.UU., la mayoría en Nueva York, que se ha convertido en el hogar del mayor número de quisqueyanos fuera de su país.

Un total de 600 fueron deportados en las primeras cinco semanas de 2009.

"Si este ritmo continúa, las autoridades de inmigración deportarán a más de cinco mil dominicanos este año, lo que duplicaría cifras de años anteriores", señala el estudio, que indica además que 2.990 fueron repatriados en 2007, todo ello como resultado de las leyes de inmigración de 1996.

Dicha ley impuso deportaciones con carácter retroactivo a inmigrantes, aunque fueran residentes legales y hubieran cumplido sentencia por delitos menores cometidos en el pasado, que bajo el nuevo estatuto se consideraron como felonía.

Dicha medida estableció la detención sin derecho a fianza para quienes tuvieran un récord criminal.

El estudio menciona además que más de una tercera parte de los dominicanos en EE.UU. son ciudadanos y que una vasta mayoría de los restantes son residentes permanentes.

Destaca que desde que se amplió el rango de los delitos para incluir muchos crímenes no violentos como motivo de deportación, un sorprendente gran número de dominicanos han sido, y son, encarcelados y removidos de sus comunidades basados en convicciones que en el pasado no eran motivo para ser repatriados.

Agrega que los deportados han enfrentado y enfrentan "un triple castigo", desproporcionado al delito cometido ya que, tras cumplir su deuda con la sociedad, son encarcelados nuevamente por Inmigración "y castigados otra vez", esta vez, con la deportación a la República Dominicana, donde son objetos de estigma y persecución solo por el hecho de haber sido deportados.

Indica además que con la deportación, los familiares que permanecen en EE.UU. no solo son separados de su ser querido, sino que pierden un apoyo económico.

"En un momento de inestabilidad económica como el que vive el país, la pérdida de un salario puede fácilmente llevar a una familia a un caos financiero y rompe el vínculo familiar", afirma además el estudio, para el cual se usaron los datos recopilados por la Coalición durante los cinco años de trabajo con la comunidad.

El estudio hace recomendaciones al Gobierno de EE.UU. sobre la necesidad de una reforma migratoria y al Consulado dominicano de hacer más por su gente, detenida por las autoridades de Inmigración, y de educar a la comunidad sobre los alcances de las leyes migratorias.

En tanto, el estudio recomienda al Gobierno dominicano poner un alto a los estigmas contra los deportados y tener programas que les ayuden a reinsertarse en al sociedad, entre otros esfuerzos.

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